domingo, 17 de julio de 2011

Seda

Ensayo escrito por mí acerca del libro "Seda" de Alessandro Baricco. Publicado en la Gaceta UNAM en el "suplemento CCH" en enero del 2010.

Seda. La tela de la nada. La sensación de sentir lo más placentero y al mismo tiempo una angustia de poderlo arruinar a causa de su fragilidad. Seda. Amor. Amor y Seda, ¡tan parecidos! Tan débiles y al mismo tiempo tan fuertes. Él y ella. Él, Hervé; ella, aún desconocida. Él, una obsesión amorosa; ella, un amor obsesionado. De repente es ella, él y ella. Ella, Hélène, ama a un hombre sin amor, apasionado de ella, la otra ella. Tres aristas forman un triángulo, tres personas forman un peligroso juego de fuego, tan fácil de quemar, tan simple como eso, como seda. Seda. La tela del amor.

Seda. La tela de la imaginación. Pensar que de un insecto baboso nazca un tejido tan fino. Seda. Viajar. Viajar y Seda, ¡tan unidos! Un negocio de compra-venta se convierte en una aventura. “Hasta el fin del mundo” fue la instrucción y cuántas aventuras en el trayecto, cuántas sensaciones, cuántas maravillas y cuántas historias. Tan transformable: el primero fue una emoción, el segundo fue una súplica, el tercero fue el último grito de libertad y el cuarto fue el fin y la despedida. Un viaje marcó el adiós del hombre que cambió su vida y un viaje fue el que lo llevó hacia la verdad de aquella misiva desconocida, desconocida y curiosa, como ella, la otra ella, desconocida y curiosa como la seda. Seda. La tela de los viajes.

Seda. La tela de la fantasía. Cualquier objeto representa un inicio, qué tan incitante puede ser uno que parta de una humeante taza de té. Seda. Deseo. Deseo y Seda, ¡tan provocadores! Desear poseer pero también desear amar. Amar, de nuevo, ella, él y ella. Ella desea a un hombre feliz, él desea lo desconocido y ella, la otra ella, sólo desea ser importante para alguien. Deseos tan callados pero que piden complacencia a gritos. Una misiva desconcertante provoca el deseo de él, que a su vez cumple el deseo de ella, solo ella, y su lectora, un deseo interminable de olvidar y enterrar su pasado. Gracias a los deseos se cambia una vida, como una oruga se cambia a mariposa, como un huevo se cambia a seda. Seda. La tela del deseo.