Zeus en la tierra.
Griego.
Tus ojos profundos, tan profundos como tu reino. Tienes el cielo en los ojos.
Tu faz, nieve de espejo.
Tu mano, mi corazón.
Y el alma escurriendo en nuestro dedos,
y el sol en el alma.
La lira suave que sale de tu boca y el abrazo que me da cuando dices mi nombre.
Tu semblante turbado y yo mundana intentando consolarte... que risa, como si en tu perfección no encontraras la calma. Y aún así aceptas mi ofrenda. El martirio de un dios.
La maravilla de verte.
Tu divinidad al aparecerte.
Zeus en la tierra.
Y te he encontrado.
(Y cada vez que vuelves al Olimpo, vas diciendo mi nombre.)