miércoles, 8 de octubre de 2014

Helénico

Zeus en la tierra.

Griego.

Tus ojos profundos, tan profundos como tu reino. Tienes el cielo en los ojos.
Tu faz, nieve de espejo.
Tu mano, mi corazón.

Y el alma escurriendo en nuestro dedos,
y el sol en el alma.

La lira suave que sale de tu boca y el abrazo que me da cuando dices mi nombre.
Tu semblante turbado y yo mundana intentando consolarte... que risa, como si en tu perfección no encontraras la calma. Y aún así aceptas mi ofrenda. El martirio de un dios.

La maravilla de verte.
Tu divinidad al aparecerte.

Zeus en la tierra.

Y te he encontrado.

(Y cada vez que vuelves al Olimpo, vas diciendo mi nombre.)